Colaboradores y Escuelas

La Técnica Alexander: un trabajo para tocar mejor tu instrumento

Escrito por Marta Barón. Publicado en Colaboradores

¿Qué instrumento tocas? Sea uno de cuerda, viento o cantes; toques sentado, de pie o andando; sea la silla en la que te sientas cómoda o incómoda. Siempre tienes que manejar el instrumento más importante de todos: tú mismo.  

Técnica Alexander

Esto es, tu cuerpo y sus funciones naturales como la postura, la respiración, el sueño, la digestión, etc.; tu mente y sus ideas sobre ti mismo; tus emociones y la forma en que reaccionas a los estímulos de la vida.

¿Te duele la espalda, el cuello o los brazos cuando tocas? ¿Crees que podrías tocar mejor pero tu cuerpo no parece “obedecerte”? Tu postura y tu respiración, ¿son óptimas cuando tocas solo o en público? ¿Notas la diferencia entre tocar solo o delante de gente?

La partitura, la técnica, el público o la práctica son importantes. Pero recuerda que cómo sostienes tu cuerpo o como reaccionas al acto de tocar tendrá un efecto en el resultado final del sonido; y también tendrá un efecto en tu salud.

La Técnica Alexander te puede ayudar a mejorar todas estas cuestiones. Es un trabajo de reeducación del cuerpo y las sensaciones.  Mejora la postura, la respiración y nuestra actitud a la hora de afrontar una actividad.

¿Por qué antes podíamos mantener la postura mientras tocábamos y ahora es difícil? Esto tiene que ver con los hábitos que hemos desarrollado; a menudo estos hábitos nos ayudan a cumplir con las demandas de la vida cotidiana; pero a veces interfieren con los mecanismos naturales. Es entonces cuando la postura y el movimiento se hacen más difíciles: estamos más rígidos y nos cuesta cambiar. Se resienten la coordinación y el equilibrio, por lo que la postura no es fácil de mantener.

Es un trabajo sencillo. El profesor ayuda al alumno a tener una experiencia de movimiento más fluido, flexible y consciente. Usa las manos guiando suavemente para que el movimiento sea más libre; y órdenes sencillas que son una ayuda para que el alumno vaya aprendiendo para luego trabajar solo.

En una clase aprenderás tres cosas:

  1. Como estás, o sea, qué está pasando en realidad. Cuáles son tus hábitos y cómo ir cambiando los que te hacen daño
  2. Como son las cosas según la naturaleza, o sea, cómo funciona el cuerpo; desarrollaremos algunas capacidades naturales de todo ser humano: sentir, observarse, parar y pensar
  3. Las herramientas específicas del trabajo en un entorno de observación y movimiento; aprenderás a parar los hábitos que te hacen daño y a potenciar tus cualidades corporales y mentales

Con la Técnica Alexander aprendemos a conseguir nuestros objetivos sin hacernos daño. Aprendemos que no sólo es importante el objetivo propuesto sino los medios que nos damos para conseguirlo. 

En las clases se trabaja con el movimiento ya que el ser humano está básicamente diseñado para moverse. Poco a poco el alumno va tomando conciencia de lo que hace consigo mismo cuando, por ejemplo, levanta un brazo para coger el instrumento; se da cuenta de sus reacciones cuando el profesor le mueve; aprende a no reaccionar de la manera habitual y llega a ser capaz de cambiar su reacción a hábitos muy establecidos a lo largo de los años.

El alumno desarrolla la capacidad de sentir si está demasiado tenso cuando se mueve. También será capaz de soltar esa tensión poco a poco y de lidiar con la sensación de que no va a poder hacer lo que se había propuesto. Desarrollará la capacidad de observarse y reaccionar de forma consciente y constructiva.

El profesor ofrece ideas y preguntas para que el alumno vaya avanzando en el uso de sí mismo. Después de la clase sigue trabajando con algunas cosas que el profesor haya encontrado que se pueden mejorar.  La labor del alumno es muy importante ya que la respuesta a muchas de las preguntas que hace el profesor es única de cada persona. Las respuestas a nuestras dificultades están dentro de nosotros. A medida que el cuerpo va recuperando sensibilidad, flexibilidad y libertad, van apareciendo las respuestas que nos ayudarán a vivir mejor.

Una parte importante del trabajo es aprender  la técnica del “reposo activo”, un procedimiento muy sencillo y útil para soltar tensiones y reconocer los hábitos (se puede encontrar en mi web www.tecnicalexander.org). Suelo enseñarlo en todos mis cursos de introducción y recomiendo a todos mis alumnos que lo hagan a diario. Cuando lo hacen, avanzan más rápido y fijan mejor el trabajo.

Para entender lo que es este trabajo es recomendable tener la experiencia: probar una clase para ver cómo nos va a poder ayudar. Es una experiencia corporal completa que nos dará claves de nuestros hábitos y formas de hacer. A veces una explicación de un libro o una página web puede ser muy clara; pero nada puede sustituir a nuestra experiencia. Es como comer chocolate la primera vez o meterse en el mar. Lo que nos han contado no puede explicar lo que sentimos. Es único.

 

PRÓXIMO CURSO

Los días 22 y 23 de julio tendréis una ocasión única de conocer este trabajo. Estaré impartiendo clases y cursos en el Aula de Verano 2015 de MUSICAEDUCA   icon-48-calendar

 

Testimonio de una de mis alumnas, Sara L. Veneros, guitarrista y cantante:

"Definitivamente la Técnica Alexander ha supuesto un punto de inflexión en mi vida tanto en el terreno artístico como en el personal   (que para mí son lo mismo). Estoy inmensamente agradecida al trabajo con la Técnica y más concretamente a Marta Barón por haberme ayudado a ir eliminando poco a poco mis bloqueos y a sacar lo mejor de mí de una manera muy natural  (y sin juicios)  y eso se ve reflejado en los escenarios y en mi vida cada vez más. A lo largo de mi trayectoria he conocido muchas otras técnicas pero, para mí, ésta es la que más se adapta al mundo real en el que nos movemos y la que siento que más me ha ayudado. Recomiendo la Técnica y , en concreto a Marta (por su gran  implicación con la Técnica, consigo misma y con sus alumnos),  a todo aquel que desee desarrollar su máximo potencial y lograr  una vida más plena".